De alguien que te admira más que a las estrellas

No fue al empezar el instituto cuando todo cambió. Fue al final, en la graduación, cuando leí mi primer poema y comprendí que llevaba años callando cosas que necesitaban salir. Antes de eso, hubo largos silencios, días que se volvieron monótonos y personas que entraron y salieron de mi vida sin despedirse. En medio de todo eso, apareció Sol. No es su nombre real, pero fue lo más cercano a la luz que tuve durante un tiempo. Esta historia está hecha de momentos rotos, de palabras que no siempre llegaron a tiempo y de sentir que no encajas y aun así, seguir intentándolo. Porque, aunque crezca la oscuridad, siempre hay algo que te impulsa a mirar al horizonte. Y a veces, basta un pequeño destello para volver a encontrar el camino.